La bursitis subacromial es una de las causas más comunes y limitantes del dolor de hombro que tratamos en Viten, y aunque muchos pacientes creen que es una dolencia puntual, lo cierto es que puede volverse crónica si no se aborda de manera adecuada y personalizada.
En este artículo te explicamos qué significa que una bursitis sea crónica, por qué se produce, cómo diagnosticarla con precisión y cuáles son los tratamientos más efectivos para evitar recaídas y recuperar la movilidad total del hombro.
¿Qué es la bursitis subacromial?
La bursa subacromial es una pequeña bolsa llena de líquido sinovial situada entre el hueso (acromion) y los tendones del manguito rotador. Su función principal es reducir la fricción entre estas estructuras durante el movimiento del brazo.
Cuando esta bursa se inflama —por traumatismos, movimientos repetitivos o inestabilidad articular— se acumula más líquido del normal, lo que provoca dolor, compresión y pérdida de movilidad. A esta inflamación se le denomina bursitis subacromial.
¿La bursitis puede volverse crónica?
Sí. Cuando la bursitis no se trata correctamente desde el principio, o si el tratamiento se centra únicamente en aliviar el dolor sin abordar las causas biomecánicas y neuromusculares de fondo, puede cronificarse.
Una bursitis crónica implica síntomas recurrentes o persistentes durante meses, incluso años. Esto suele ocurrir por:
- Diagnósticos incompletos o poco específicos (como “tendinitis de hombro” genérica).
- Tratamientos centrados solo en medicamentos antiinflamatorios.
- Falta de rehabilitación funcional y postural.
- Desequilibrios musculares no corregidos.
Síntomas de la bursitis crónica
Los síntomas pueden variar en intensidad, pero suelen incluir:
- Dolor difuso en el hombro, difícil de localizar.
- Molestias al mover el brazo o incluso en reposo.
- Dolor nocturno que impide dormir del lado afectado.
- Limitación de movimientos, especialmente al elevar o rotar el brazo.
- Dolor irradiado hacia el cuello o el brazo, a veces en forma de calambre.
Diagnóstico preciso en Viten
En Viten contamos con la última tecnología en ecografía musculoesquelética, que nos permite identificar con exactitud el grado de inflamación de la bursa y posibles lesiones asociadas, como tendinopatías o pinzamientos subacromiales.
Este diagnóstico diferencial es clave para establecer un tratamiento realmente efectivo y personalizado.
Tratamiento de la bursitis crónica: más allá del dolor
Nuestro enfoque va mucho más allá del alivio sintomático. Tratamos la bursitis crónica de forma integral, combinando tecnología avanzada, valoración funcional y ejercicios terapéuticos específicos. El objetivo no es solo eliminar el dolor, sino prevenir recaídas y restaurar completamente la función del hombro.
1. Reducción de la inflamación
- Tratamiento fisioterapéutico y ecoguiado.
- Técnicas de drenaje y movilización pasiva.
- Reeducación de la movilidad articular.
2. Corrección de disfunciones neuromusculares
Utilizamos el sistema Redcord®, una herramienta de suspensión neuromuscular que nos permite:
- Valorar la estabilidad lumbopélvica y escapular.
- Reeducar patrones de movimiento alterados.
- Corregir disquinesias escapulares (movimientos anómalos del omóplato).
3. Readaptación funcional y postural
Una vez controlada la inflamación, es fundamental:
- Optimizar el trabajo de músculos estabilizadores como el serrato anterior y el trapecio inferior.
- Corregir la postura global del paciente.
- Integrar ejercicio terapéutico funcional para recuperar fuerza y control motor.
¿Es posible curar una bursitis crónica?
Sí, pero requiere compromiso y un tratamiento bien estructurado. No basta con esperar a que el dolor pase o confiar únicamente en fármacos. En Viten trabajamos para que cada paciente entienda su lesión, participe activamente en su rehabilitación y evite recaídas a largo plazo.
Caso clínico en Viten
Uno de nuestros pacientes acudió tras más de 8 meses con dolor fluctuante en el hombro, diagnosticado inicialmente como «tendinitis». A través de nuestra valoración ecográfica y neuromuscular, identificamos una bursitis subacromial crónica con alteraciones en el control motor escapular. Gracias a un plan de tratamiento personalizado con Redcord®, ejercicios específicos y seguimiento ecográfico, el paciente recuperó su movilidad completa en 10 semanas y, lo más importante, no ha tenido recaídas desde entonces.
https://www.youtube.com/watch?v=vxEvPpCYcyg
Conclusión
La bursitis subacromial no tiene por qué convertirse en una dolencia crónica. Con un diagnóstico adecuado y un enfoque integral que combine terapia manual, tecnología y readaptación funcional, es posible recuperar la calidad de vida y prevenir nuevas lesiones.
En Viten, estamos comprometidos con tu salud a largo plazo. Si sufres de dolor de hombro persistente, te invitamos a visitarnos y descubrir cómo podemos ayudarte.
¿Quieres saber si tu bursitis se ha vuelto crónica o cómo puedes prevenirlo?
Contacta con Viten y da el primer paso hacia una recuperación real.
Rubén Díaz,
Fisioterapeuta